Cuando se habla del proceso de independencia, generalmente, se viene a la mente los nombres de los próceres hombres, poco se habla o se conoce de la participación de las mujeres y las luchas que libraron.
Algunos historiadores señalan que una de las razones por las cuales el papel femenino dentro de la emancipación no es tan reconocido se debe a la época que se vivía, ya que su función estaba más asociada a labores domésticas, de la iglesia, venta o labranza. Por lo tanto, eran los hombres quienes gozaban de más privilegios para formarse en las letras y la política, es decir perfilar en lo público como fue el caso de los movimientos de independencia.
Sublevación femenina
Así como en San Salvador el 5 de noviembre de 1811 varios ciudadanos se sublevaron contra España, se tiene registro que en Santa Ana también hubo levantamientos en contra de los españoles.
La primera rebelión fue liderada por Dominga Fabia Juárez de Reina, Anselma Ascencio, Juana Evangelista, Inés Anselma Ascencio de Román, Cirila Regalado, Irene Aragón, Romana Abad Carranza, María Nieves Solórzano y Teodora Martín Quezada.
En Metapán (siempre en Santa Ana), el grupo de insurrectas estuvo dirigido por María Madrid y Francisca de la Cruz López, quienes tras ser capturadas fueron sometidas a largos interrogatorios y acusaciones de alta traición contra la corona. Quedaron libres por un indulto promulgado el 3 de marzo de 1812.
En Sensuntepeque (Cabañas) hubo otro movimiento de esta índole guiado por las hermanas María Feliciana de los Ángeles Miranda y Manuela Miranda, quienes lograron que ese territorio se alzara en insurrección en el punto conocido como Piedra Bruja, el 29 de diciembre de 1811. Por esta causa fueron llevadas a juicio y azotadas en la plaza pública frente a la multitud.
Según historiadores, María Feliciana murió el primer trimestre de 1812 por los latigazos sufridos en la plaza central de San Vicente. Por el martirio vivido fue declarada «Heroína de la Patria» mediante Decreto Legislativo 101 del 30 de septiembre de 1976, publicado en el Diario Oficial N.o 189.
Ante estos sucesos libertarios se desplegaron milicianos dispuestos a frenar toda emancipación. Aunque no hay fechas exactas se dice que, en San Miguel, la anciana Mercedes Castro fue fusilada por sus afanes de libertad; la misma suerte corrieron Josefina Barahona, Micaela Jerez y Feliciana Jerez, quienes participaron en el levantamiento del 24 de enero de 1814, en Zacatecoluca (La Paz).
María Felipa Aranzamendi y Aguilar de Arce, Ana Andrade Cañas, Manuela Antonia Arce de Lara, María Teresa Escobar y Francisca Alegría Aquino respectivas esposas de Manuel José Arce, Santiago José Celis, Domingo Antonio de Lara, Juan de Dios Mayorga y Pedro Pablo Castillo también tuvieron un papel importante en la independencia.
De igual manera, María Josefina Arce y Teresa Arce (hermanas de Manuel José Arce), María Lorenzana (empleada de la casa de Arce), Gertrudis Delgado y Manuela Delgado (integrantes de la familia de Matías Delgado), todas, aparentemente, fueron enlaces o «correos secretos» entre los diferentes independentistas.